ROSA BONET
Primera mujer árbitro del fútbol español

"Ahora prima más el árbitro atleta"

Rosa Bonet

ROSA SUPERÓ TODAS LAS TRABAS. Rosa Bonet señala uno de los trofeos y recuerdos fotográficos que de su etapa en el arbitraje guarda con cariño en una habitación de su casa madrileña.

Rosa BonetTodo empezó cuando a finales del 70, con 16 años, se presentó junto a una amiga en la sede madrileña del Colegio de Árbitros -entonces Castellano- y solicitó los requisitos para inscribirse.

El señor que se encontraba en la oficina le ofreció un formulario de inscripción, señalando que debía ser el interesado quien debía personarse personalmente. "Soy yo", respondió Rosa ante la mirada de sorpresa del empleado. "No hay nada en los estatutos que lo prohíba, pero... debo consultar con mi superiores", respondió atónito el señor que le atendía.

La pasaron directamente con el entonces Presidente del Colegio Castellano de Árbitros, Sixto Montero. El Presidente volvió a reiterar a Rosa que no había en los estatutos o reglamento que indicara que una mujer no pudiera ser árbitro, pero fue más explicito: "sabes que ¿te pueden pegar? "Lo sé", contestó Rosa sin intimidarse, pero " al ser mujer... lo mismo te violan", recalcó Don Sixto. "¡Espero que No! Quiero ser árbitro", contestó resolutiva. "Todo su esfuerzo era que desistiera de la idea, pero no lo consiguió", recuerda Rosa

El Colegio de Árbitros inscribió finalmente a Rosa en el cursillo previo para la obtención del carnet de árbitro. Y continuaron las trabas para que Rosa tirara la toalla, tales como incorporar nuevas normas. "Se inventaron tres meses de prácticas (antes sólo era un examen por escrito) para que no pudiera pasar las pruebas", y, claro, éstas eran más subjetivas que un examen escrito. "Me tiraban una y otra vez en el práctico" pero ella insistía y volvía a inscribirse en los cursillo. Hasta que un dia, cansada de que la tiraran en el práctico y de que se dudara de su feminidad -otro de los daños colaterales de aquellas mujeres que deseaban incorporarse al machista mundo del fútbol- se personó, -"con minifalda, tacones y pintada", recalca Rosa- ante el entonces Presidente del Comité Nacional de Árbitros, José Plaza, y le espetó "Sí, como puede comprobar, soy mujer y quiero ser árbitro ¿hay alguna norma que lo impida?"

El 1 de septiembre de 1980 Rosa obtuvo por fin su carnet de árbitro (número 290 del Colegio Castellano), pero tampoco pararon los intentos por hacerla desistir. La prohibieron pasar más allá de arbitrar partidos juveniles. En total estuvo ocho años (cuatro en infantiles y otros cuatro en juveniles) hasta que por fin la admitieron arbitrar en la Tercera regional. Las constantes trabas que sufría por parte de mandatarios federativos del arbitraje se compensaban con "el apoyo que siempre recibí de mis compañeros", recalca Rosa.

Tuvo que superar muchas trabas (más sociales que burocráticas) para conseguir ser árbitro, pero "siempre recibí el apoyo de mis compañeros", recalca. Un accidente de moto la apartó del arbitraje en activo. "Me costó un trauma" no poder arbitrar, pero "cuando has sido árbitro nunca dejas de serlo".

PRIMERA INFORMADORA DE ÁRBITROS. Un accidente de moto le hizo abandonar el arbitraje en activo. "Me costó un trauma", recuerda Rosa, pero "una vez que has sido árbitro, nunca dejas de serlo". Así que pasó a ser informadora de árbitros, actividad de la que también fue la primera mujer en España. "Tenía fama de dura y de dar notas muy bajas", comenta. Después fue monitora en campus de fútbol (Ander Herrera, Iniesta, Llorente...se encontraban entre las jóvenes promesas con los que coincidió como monitora), Delegada de Madrid en el campeonato de España de Selecciones Femeninas... Llegó un momento que eran demasiadas cosas y no podía compartirlo con su trabajo, por lo que ahora vive al margen completamente del fútbol. "No tengo gusanillo, ni siquiera de ver los partidos. No soy fanática de ningún club, quizá me tira un poco la Real Sociedad. Mi familia es del Atlético de Madrid pero le cogí gato cuando Jesús Gil era su Presidente".

MOMENTOS FURIA ROJA
DE ROSA BONET

Rosa Bonet, al igual que muchos aficionados españoles, ha recobrado con la actual Selección la ilusión por el equipo nacional, "la que habíamos perdido tras el Mundial 82". La ex-colegiada española no da mucha relevancia a la aportación de Luis Aragonés y Del Bosque a la Selección. "Han coincidido unos jugadores de gran calidad que han sabido responder por sí mismos en el terreno de juego. Aragonés y Del Bosque han aprovechado esta calidad", comenta. En su opinión es un equipo que tiene todavía mucho por ofrecer, "no está agotado", y puede todavía hacer un buen Mundial en Brasil. A partir del Mundial opina que "Del Bosque debería dejarlo para iniciar una transición entre jugadores veteranos y jóvenes".

Su momento de la furiaroja más recordado es el España-Alemania (Final Eurocopa 2008) "Fue un partido tenso, y me gustó porque me recordó mucho a la final del Mundial del 74 entre Alemania y Holanda. Tenía 12 años, y aquel partido me impactó y me aficionó al fútbol. Me gustaba más Beckenbauer que Cruyff. Que España llegará a la final frente a Alemania, y que se le ganara, añadido a la alegría que surgió en la calle en aquel momento... sentí una emoción especial".

Podría decirse que Rosa Bonet es una heroína del fútbol español. Rosa creció en un ambiente de mucha afición al fútbol, pero, al contrario que la mayoría de los aficionados, más interesados en equipos y jugadores, ella se sentía especialmente atraída por la figura del árbitro. Y no lo dudó: con 16 años decidió convertirse en árbitro, algo inusual en una mujer de la España de los 70 y principios de los 80. Superó todas las trabas y condicionantes que la época le exigía –más sociales que burocráticas- y finalmente obtuvo su carnet el 1 de septiembre de 1980 (número 290 del entonces Colegio Castellano), convirtiéndose en la Primera Mujer Árbitro del Fútbol Español.

Arbitró cuatro años partidos de infantiles más otros cuatro de juveniles hasta que, por fin, le concedieron el ascenso a Tercera Regional. No olvida los rostros de "sorpresa" con los que era recibida por aficionados, jugadores y entrenadores. "¡Nos va a pitar una mujer!", se comentaba; pero, una vez comenzaba el encuentro "ya era el árbitro", recuerda. Y un árbitro con todas sus consecuencias, pues a los insultos que como tal ya recibe de por sí el colegiado, en su caso se añadían los comentarios machistas ("¡Vete, a fregar platos!" era la frase más cariñosa que podía escuchar desde las gradas).

Los 70 y 80 "fue una época muy dura para los árbitros. Las agresiones eran habituales por entonces, lo primero que preguntábamos al día siguiente en el Colegio era a cuántos compañeros habían agredido", recuerda Rosa, aunque afortunadamente ella no llegó a sufrirlas."Me dejaron encerrada en el vestuario porque suspendí un partido por las malas condiciones del terreno de juego. Afortunadamente, un entrenador se percató y pudieron abrirme. Es, al margen de los insultos, lo máximo que me ocurrió", recuerda desde el retiro de su casa madrileña y observando las fotos que atesora de su etapa en el arbitraje.

'Hay mucho caciquismo en el arbitraje español. Sánchez Arminio está desfasado... Al árbitro se le aisla, se le oculta. Es una estupidez'

Rosa Bonet
Rosa Bonet llegó a arbitrar en Tercera Regional

- ¿Qué te atraía de la figura del árbitro?

Me llamaba mucho la atención por el concepto de justicia que conlleva. Es falso que un árbitro sea un futbolista frustrado. No es una condición haber sido jugador para arbitrar mejor o peor. Si te gusta el fútbol, participar del juego y conseguir llevar la justicia al campo, el arbitraje te produce muchas satisfacciones.

En los años 70 y 80 el árbitro no era profesional, pero varias décadas después sigue sin serlo y, quizá, se le exige tanto o más que a los jugadores ¿Crees que deberían ser profesionales? 

Cuando yo arbitraba te exigían estudiar o tener un trabajo porque no se podía vivir de esto. Era otra época. Arbitrar es algo que sólo se puede hacer por vocación, no por dinero. A mí, el fútbol me ha costado dinero, pero he disfrutado. En la actualidad los árbitros deberían ser profesionales porque dedican mucho tiempo a prepararse físicamente. Aunque si sólo se pretende acceder por cuestiones económicas y te falta vocación... acabas mal.

Rosa Bonet fue una luchadora dentro y fuera de los terrenos de juego. Formó parte de la Asociación Nacional de Árbitros de Fútbol Españoles (ANAFE), un intento que emprendieron algunos colegiados de finales de los 70 y principios de los 80 para defender sus derechos y que acabó desapareciendo tras chocar siempre con el poder que ejercían la Real Federación Española de Fútbol, que nunca les reconoció, y su Comité de Árbitros. ¿Qué recuerdas de la etapa de ANAFE?

Intentamos unirnos porque los árbitros entonces no teníamos capacidad para cambiar nada, y en la actualidad siguen sin tenerla. Los movimientos que se hacen en el arbitraje para hacer ver que algo cambia son irreales. Los árbitros no pueden votar a su presidente ni hacer nada por cambiar las cosas. Si un árbitro se lesiona tiene que ir a un médico privado o a la mutualidad. No pueden vivir del fútbol y no tiene ningún tipo de seguro salvo que se hayan hecho un plan de pensiones. Se les exige igual que a los jugadores, pero se les niega la profesionalización.

- ¿Y por qué no se intenta cambiar?

Cualquiera que lo intentara estaría crucificado. Si a la Federación le quitas los árbitros, ¿qué le quedaría entonces? Nada. Por otro lado,  la Liga de Fútbol Profesional se siente muy cómoda con el hecho de que todas las jornadas les nombren y les pongan los árbitros. Debería haber una voluntad de origen, desde la propia Federación y los clubes, para que se pudiera cambiar de verdad.

- No pareces muy conforme con la forma en la que se está dirigiendo al colectivo arbitral

Hay mucho caciquismo. Sánchez Arminio (Presidente del Comité de Árbitros) está desfasado.  Al árbitro se le dan en muchas ocasiones directrices técnicas erróneas; se le aisla, se les oculta. Es una estupidez tenerles ocultos. Debería hacerse algo más para mejorar la comunicación entre árbitros y medios, y no aislarles. El propio Comité de Árbitros no ayuda. En lugar de comentar con ellos de forma constructiva cuál o dónde ha estado el error de una jugada o un partido, se les mete en la nevera. Es absurdo.

"Los jugadores españoles no ayudan al árbitro, buscan siempre el engaño"

- Y en cuanto al aspecto técnico, ¿cómo ves al arbitraje actual español?

No está pasando por su mejor momento. Ahora está primando más el árbitro atleta, y no debería ser así. El árbitro es mucho más que condición física -no consiste en estar pegado al balón porque entonces lo que haces es entorpecer el juego-. Hay que saber moverse y dominar el espacio y, sobre todo, requiere de mucha psicología.

- Y ¿en comparación con árbitros de otras ligas europeas?

No estando en su mejor momento, los árbitros españoles son mucho mejores. Se dice que los árbitros ingleses son mejores, falso. El problema está en que los jugadores españoles, al contrario que los ingleses, no ayudan al árbitro, buscan siempre el engaño. Me gustaría ver a un árbitro inglés en nuestra Liga y, al revés. En otras Ligas el árbitro tampoco está tan expuesto mediáticamente como en la española. Al árbitro inglés no le conoce prácticamente nadie, no suele salir en los medios. En España, sin embargo, se le da una excesiva relevancia y semanas antes de un encuentro -especialmente si es un Madrid/Barcelona- los medios ya están preguntándose o especulando sobre quién arbitrará tal o cual partido.

Rosa lamenta también el hecho de que la mayoría de los jugadores desconozcan el reglamento, “y favorecería mucho más su juego si lo conocieran”, asegura. Error del que no culpabiliza en exclusiva a los jugadores, pues la Federación y los clubes podrían hacer algo más de lo que hacen para "formar" a sus jugadores en el conocimientos de las reglas del juego.

- Te retiraste de los terrenos de juego antes de que comenzara la Liga Femenina, ¿Te hubiera gustado arbitrar partidos femeninos?

No. No me siento identificada ni implicada. Pité un partido solidario entre equipos de artistas (folclóricas, actrices, cantantes...) y me sentí indignada. No sabían jugar al fútbol. Desde entones no quise pitar fútbol femenino. Reconozco, y algunos amigos entrenadores también me lo han comentado, que las mujeres son más difíciles de manejar. Van más a su aire y se lo toman más como un hobby porque, entre otras cosas, al fútbol femenino, y aquí creo que también existe discriminación, no se le dota de la infraestructura necesaria ni de las condiciones sociales (apoyo familiar y educativo) para que ellas también puedan mejorar su nivel y vivir del fútbol.

Rosa abandonó por cuestiones de trabajo toda relación directa con el fútbol, pero sigue siendo una apasionada -no confundir con forofismo- de este deporte. Le gusta sobre todo la "competitividad", por lo que no es aficionada a los partidos amistosos porque pierden su esencia. Sus futbolistas preferidos son centrocampistas del estilo Xavi Hernández o Zidane.

"Me gusta ver construir el fútbol. Lo bonito del fútbol es la creación de la jugada, y no tanto los goles. Le doy más relevancia a cómo nace y se desarrolla una jugada, no en como acaba. Sin embargo, es el gol lo que interesa al final. Se valoran los colores y los resultados más que la creatividad del juego", afirma. Caracterísitas que, a su entender, se dan más en el fútbol europeo que en el sudamericano. "El fútbol europeo es de conjunto y de contacto (no agresivo), en el que priman la estrategia y la calidad mientras que en el sudamericano priman las individualidades y es más agresivo", recalca.

Ana de Benito. enero 2014
Imágenes: furiaroja.com y archivo de Rosa Bonet

 
PORTADA / MOMENTOS FURIA ROJA / NOTICIAS