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EL PARTIDO DE LA FURIA ROJA

VII JJ.OO
AMBERES 1920

1 septiembre 1920. Estadio Antwerp. Amberes
ESPAÑA 2-SUECIA 1

ALINEACIONES:
ESPAÑA: Ricardo Zamora; Vallana, Arrate; Belauste, Samitier, Sabino; Sesumaga, Patricio, Pagaza, Pichichi y Acedo.

SUECIA: Zander; Nordesnskiold, Lund; Oijermark, Vicksell, Gustavson, Begrstrom, Ohloson, Karlson, Dahal y Sandberg

Árbitro: Mauro (Italia)

GOLES

Dahl 0-1 ('25)
Belauste 1-1 (´50)
Acedo 2-1 ('75)


Los Protagonistas de la famosa frase:
BelausteBelauste. El nombre completo de Belauste era nada más y nada menos que José María Belausteguigoitia Pagazaurtundua. Formó parte del equipo del Atlethic de Bilbao que consiguió el histórico 12-1 frente al Barcelona en San Mamés la temporada 1930-31 (Bata consiguió siete de los doce, que siguen siendo el record de goles anotados por un solo jugador en un encuentro de la Liga española, marca que después igualó Kubala).
Sabino Bilbao Líbano, el autor del centro, jugaba también en el Atlethic y fue el único debutante de la Selección en aquel partido.

Nace la furiaroja

El tercer partido disputado por la selección española en los Juegos de Amberes frente a Suecia es el más emblemático de esta primera época. Ambas selecciones venían de perder su segunda eliminatoria y jugaban la repesca para optar a las medallas.


Para la historia queda el grito de Belauste: “¡Sabino, a mí el pelotón, que los arrollo!”. Y lo cumplió. Supuso el tanto del empate.


Con este partido nace la “furia roja”. Para la historia queda el grito de Belauste a Sabino, cuando éste sacaba un golpe franco: “¡Sabino, a mí el pelotón, que los arrollo!”. Y lo cumplió. Belauste entró a cabecear el balón con tal furia, que metió el esférico en la portería en compañía de medio equipo sueco. Supuso el tanto del empate, que luego Acedo -hermano del bisabuelo de José María Aznar- convirtió en victoria con un nuevo gol.

El desarrollo del encuentro resultó muy virulento. Los suecos se habían retirado de la competición, pero un día antes anunciaron su presentación en el partido, y el ambiente entre los dos equipos estaba muy caldeado. Además, los jueces de línea eran un español- Manolo de Castro, directivo del equipo y cronista deportivo- y un sueco, lo que no contribuyó a tranquilizar la situación.

Dahl, de cabeza, abrió el marcador en el minuto 25 aprovechando la falta de entendimiento entre Samitier y Zamora. La remontada española se produjo en la segunda parte. Concretamente, en el '50 Sabino se dispone a lanzar un golpe franco. Entonces recibe el grito de Belauste: “¡Sabino, a mí el pelotón, que los arrollo!”. Y lo cumplió. Belauste entró a cabecear el balón con tal furia, que metió el esférico en la portería en compañía de medio equipo sueco. Supuso el tanto del empate, que luego Acedo -hermano del bisabuelo de José María Aznar- convirtió en victoria con un nuevo gol.

Los suecos pudieron igualar el resultado al ejecutar un penalti con que fue castigado el equipo español casi al final del partido, pero Olsson lo lanzó muy lejos de la portería, por lo que recibió la irónica felicitación de Samitier.

La furia rossa. Tras este partido, España debía enfrentarse a Italia, y la prensa italiana empezó a referirse al equipo nacional con el sobrenombre de 'furia rossa', identificativo del ímpetu que, según los italianos, ponían nuestros internacionales en el terreno de juego.

Crónica furiaroja.com

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