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Crónica. 15 de mayo de 1929. Madrid (Metropolitano)
Amistoso

Inglaterra pierde en Madrid su imbatibilidad continental

El defensa central Jacinto Quincoces despeja con su contundencia característica un balón en el área española, en presencia de un atacante inglés

Selección española
Primer España-Inglaterra


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Algunos estudiosos del fútbol han dividido la historia de este deporte en el antes y después de la derrota de Inglaterra frente a la Hungría de Puskas en Wembley el 25 de noviembre de 1953, primer partido que los inventores del balompié perdieron en su casa. Sin embargo, este primer enfrentamiento entre las selecciones de España e Inglaterra significa para la historia del fútbol tanto o más que aquél.

Hasta este día de San Isidro de 1929, la selección inglesa jamás había perdido frente a un equipo no británico. Este iba a ser el partido 167 que jugaba Inglaterra desde el 30 de noviembre de 1872 (fecha en que se jugó el primer encuentro internacional de la historia, que disputaron ingleses y escoceses, con resultado de empate a cero), y el vigésimo quinto contra selecciones continentales, con unas estadísticas abrumadoras a su favor. Veamos un breve balance de los veinticuatro partidos anteriores jugados por Inglaterra contra países del continente: veintitrés victorias (casi todas por goleada), un sólo empate (2-2 en 1923 en Bruselas frente a los belgas, entonces campeones olímpicos) y ninguna derrota. 120 goles a favor, por 28 en contra, lo que da la extraordinaria media por partido de cinco goles contra uno.

Nada se dejó al azar.-El match contra España era el tercero y último de la gira que, una vez terminada su temporada oficial, realizaban este año por Europa (que no prodigaban mucho) y venían de apabullar en Francia y Bélgica a las selecciones de estos países por 1-4 y 1-5, respectivamente, en encuentros disputados los días 9 y 11 de mayo. Por su parte, la Selección Española despertaba el entusiasmo de los aficionados y así se llegó a crear un ambiente de máxima expectación dentro y fuera del país. Nada se dejó al azar. Se barajaron las ciudades de Madrid y Barcelona para albergar el encuentro. Ésta última celebraba la Exposición Universal, pero el entonces entrenador, José María Mateos, prefirió el Metropolitano de la capital de España, ya que no pensaba alinear ningún hombre del club catalán (que sería campeón de la Liga, nacida precisamente esta temporada), y sí mayoritariamente del Real Madrid (nada menos que siete convocados), que jugaban habitualmente en el estadio municipal madrileño. Se aplazaron además los partidos de Liga programados para el día 12 en los que debían intervenir los equipos que aportaban jugadores al equipo nacional.

Todo un acontecimiento social.- Así el día de San Isidro, el Stadium Metropolitano se encuentra completamente abarrotado. 50.000 espectadores, y no sólo madrileños, se dan cita para presenciar el evento deportivo más importante que se ha visto en Madrid. Es más que un partido de fútbol, es un acontecimiento social de primer orden, al que también acuden los hijos de Alfonso XIII. Baja y alta sociedad no quieren perderse el espectáculo. El encuentro se juega a primera de la tarde y hace mucho calor, más que de costumbre para estas fechas. Parece un día de verano.

¡Empieza el partido!.- Los ingleses salen al terreno de juego mucho antes que los españoles, casi diez minutos están peloteando hasta que aparecen los nuestros. Luego, el calor pasará a factura a los de Albión. Los ingleses empiezan presionando la portería de Zamora, con esporádicos contraataques españoles. Los maestros dominan el juego de la pelota como nadie. Su colocación en el terreno y su técnica es impecable. Imprimen tal velocidad al juego, que, a veces resultan imprecisos. Pero sólo a veces.

Los ingleses se adelantan 0-2.- A los trece minutos, el interior izquierda Carter aprovecha un centro alto de Adcock en el que Peña y Zamora se estorban, el balón queda suelto y consigue el primer gol. Siete minutos después, los mismos protagonistas ingleses hacen el segundo: nuevo centro del extremo derecha Adcock, que está siendo uno de los mejores jugadores sobre el campo, y cabezazo de Carter a la red. Está a punto de llegar el tercero, en otro remate de Carter que rechaza el larguero. Y se empieza a temer una nueva goleada de los británicos, que están siendo claramente superiores a un desconcertado equipo español.

Por una vez, Zamora, sin estar mal, no fue el mejor del equipo, que jugó un partido para la leyenda

"El Mago" inicia la remontada Transcurrida media hora, España tranquiliza su juego. En el minuto 33, tras un saque de golpe franco, Gaspar Rubio "El Mago" bate de cerca a Hufton, que está indeciso en la salida a por el balón. El tanto levanta la moral de los españoles que nivelan el juego, incluso superan a los ingleses, que empiezan a mostrar señales de cansancio. Y llega el gol del empate. Lazcano dispara, el guardameta inglés cree que el balón se marcha fuera, pero pega en el poste y entra en la meta. El gol recibe los desbordantes aplausos del público, que anima aún más a los jugadores españoles.

La emoción entre los espectadores llega al máximo.- La primera parte termina con el sorprendente empate a dos goles. La primera media hora de juego ha sido inglesa, pero después se ha producido una reacción del equipo español, justo cuando se temía lo peor. La segunda mitad empieza como la primera, con dominio de los rivales, que vuelven a adelantarse en el marcador al saque de un córner, cuando iban cinco minutos de la reanudación. Hay una fase de dominio inglés. A medida que transcurre el partido, el calor hace mella en los ingleses y se vuelve a nivelar el juego. Nuevo empate en el minuto 79, obra otra vez de Rubio que culmina con un espléndido cabezazo una magnífica jugada de Lazcano y Goiburu. La emoción del público es tal que algunos espectadores no pueden contener su alegría e invaden al campo para abrazar a los jugadores.

Goiburu lleva el delirio a las gradas.- Apenas reanudado el partido (minuto 82), Goiburu anota un nuevo gol, con un tiro extraordinario. Es el 4-3 y el delirio del público, que entra en el campo otra vez. Los ingleses hacen un último esfuerzo para no salir derrotados y presionan la portería de Zamora, bien defendida por el equipo español que ha retrasado sus líneas para conservar la ventaja. Ambos equipos están agotados y el encuentro finaliza con victoria española ante el entusiasmo del público madrileño. En descargo de los inventores del balompié pudiera aducirse que no presentaron su mejor equipo. De hecho, sólo Cooper (del Derby County) y Blenkinshop (del Sheffield Wednesday), los dos defensas, habían jugado el último partido contra Escocia (un mes antes en Glasgow con victoria inglesa por 0-1), al que los pross daban la máxima importancia. Pero no es menos cierto que esa misma línea defensiva encajó cuatro tantos ante los nuestros, goleada que nunca habían recibido los ingleses frente a equipos continentales.

Las bajas en el medio campo inglés, el calor y el "partidazo" de los españoles, claves de la victoria.- Quizá la línea británica que más flojeó fuera la del centro del campo. Con todo, la alineación inglesa era de primer nivel. Los mismos hombres que habían goleado a franceses y belgas días antes. Pudiera ser también que los tres partidos disputados en una semana, tras una dura temporada, y, sobre todo, el calor perjudicaron el tradicionalmente fogoso juego de los ingleses. Muchos años después, en el Mundial de Méjico de 1986, protestaron por el calor que caía a la hora en que se jugaban los partidos. Tuvieron la irónica respuesta de un periodista mejicano: "que no se quejen tanto; que más calor hacía en la India y se quedaron con ella". De cualquier forma, nada puede restar méritos al triunfo español, que cuajó un partido tan sensacional que esta vez Ricardo Zamora fue, sin estar mal, casi el peor. Y no se puede olvidar, la labor del seleccionador nacional, José María Mateos, que se mantuvo firme en sus criterios a pesar de las críticas recibidas por

Un antes y un después para la Selección Española.- Del tríptico de partidos legendarios de la selección que conforman éste, el también victorioso encuentro ante Inglaterra con el gol de Zarra en el Mundial de Brasil de 1950 y el triunfo ante la URSS (con el gol de cabeza de Marcelino) que nos proporcionó la Eurocopa de 1964, este éxito de la Selección ante un equipo hasta entonces invencible es, a no dudarlo, el más mítico. No sólo para el fútbol español, sino para el balompié mundial. Un hito por su significación histórica. Verdaderamente, la cronología del fútbol se divide en el antes y el después del Día de San Isidro de 1929.

Crónica: furiaroja.com

 
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